viernes, 12 de agosto de 2011

Las revistas en Río Cuarto (2da. parte)

Anteriormente nos referimos a tres revistas de Río Cuarto publicadas entre los 70 y 80. En esta oportunidad, siguiendo con ese tema, cronicaremos a otras tres publicaciones.

Río Revuelto
Con el humor y dirección de Jericles, cuyo primer número salió en setiembre de 1986, en adhesión al bicentenario, ese año, de nuestra ciudad.
"Río Cuarto esperó doscientos años para tener su revista de humor" rezaba bajo el título de la revista, que con el pretexto de hacer reir, en una forma irónica hablaba de la actualidad de esos años. Editores responsables eran el inefabe Elder García, Jericles, junto a Sergio Somaré y Hammed Khan, siendo directores creativos el
propio Elder junto al humorista inglés Ham y un grupo de colaboradores importante en dibujos, textos y fotografías, como Gabriel Yabar, Ricardo Fernández y Carlos Giorgis; Ricardo Sánchez, Oscar Aimar, Adrián Demassi, Juan Carlos Giuliani y Jorge Almirón y Oscar Crettón y Mario Skladanovsky, dos reconocidos fotógrafos entonces a pleno en el rubro. Mario ya no está en Río Cuarto y Oscar Crettón, además de seguir en las fotos maneja de vez en cuando un taxi seguramente "para volar un poco más bajo donde está la verdad", esto último lo pensamos nosotros parafraseando al querido Facundo Cabral.
Pero había otros detalles en esa revista, la puesta en manos de los canillitas era de la desaparecida firma Segat y Gil, que por entonces distribuía Puntal, la fotocomposición del diario local y la impresión de Ingraf cuando todavía estaba en la calle Mitre. La Editorial era Vicente Nario y funcionaba en la casa del Jeri..
Los clientes que sostenían la revista eran importantes, además de ITCC Imperio Televisión Circuito Cerrado que salía inspirada por Gabriel Yenarópulos hasta ese momento el pope del viejo Canal 2 y el abierto actual; también estaban la Municipalidad, Puntal y Paniego, Novaro (ambas ya cerraron), entre otras.

Primer número de El Pueblo en 1993
El Pueblo
Ya como revista semanal y no como diario, Jesús Salvucci, el recordado periodista deportivo, comenzó a editar el 1º de octubre de 1993 "El Pueblo" con un título impactante "El Pueblo sale al encuentro de su ciudad".
Municipalidad, Regim´s, LV16, Remisse Norte y Municipalidad de Achiras,  eran entre otros los clientes que sostenían a la publicación y también nuestra empresa de entonces Unigrafik, que tiene el privilegio de haber sido fundida por la política económica de Carlos Ménem, acotando que mientras este jugaba al golf cuando no concurría al Congreso, nosotros todavía pagábamos las deudas que heredamos por culpa del ahora legislador K.
Podemos decir que era una publicación con un estilo Pancho Poncho (personaje creado por Luciano Subirachs padre en los tiempos brillantes del diario) con ironías, algo de humor y también algunos colaboradores, como Susana Dillon y quien esto escribe, que nos metíamos en algunas historias y comentarios.
"La tercera, la vencida,,? escribía en la primera nota editorial Jesús Salvucci. Lamentablemente no lo fue y en no mucho tiempo esta idea de reflotar al "mas leido del pago" fracasó. Jesús Salvucci de todas formas quedó ahí en un rincón de la historia como un emprendedor que intentó la aventura.

 Tapa del número 1 de la revista Urumpta.
Urumpta
Una revista que apareció en noviembre de 1978, en plena época militar, editada por la Dirección de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Río Cuarto, coordinada por el periodista (también actor, director de teatro y escritor) Albino Dabove Corelli, la Licenciada Graciela Galvani e Inés Farías, historiadora y periodista.. La redacción y diagramación periodística, creación publicitaria y fotográfica a cargo de alumnos de segundo año de las tecnicaturas de Comunicación Colectiva, Publicidad e Imágenes, respectivamente de la Escuela de Ciencias de la Comunicación..
Las particularidades de esta publicación eran que contenía publicidad, pese a ser una edición oficial de la Universidad, que era y es estatal (hoy por ejemplo Radio Universidad oficialmente no emite avisos aunque se presume que muchos comerciantes apoyaron con aportes su funcionamiento). Era impresa en una editorial de Córdoba y no en la casa de altos estudios. En su editorial se define a la revista como “la cadena que pretende ser puente y a la vez eco de una perspectiva universitaria del acontecimiento de la región del Imperio”.
Hay una nota a Ernesto Ramiro Alonso, un desconocido ex empleado público que actuaba de Intendente de facto y se refería a los 27 meses de gobierno municipal. Otra eran pequeños comentarios del Obispo Diocesano y algunos representantes de la comunidad oficial y privada de entonces a quienes se preguntaba qué tenía y qué le faltaba a Río Cuarto. Monseñor Blanchoud manifestó que “se pretendía estar cerca de los miembros de nuestro medio asumiendo la realidad humana que lo circundaba”. Candini de FACA, que luego fue candidato a Intendente perdidoso por el peronismo dijo que a la ciudad “le falta desarrollo industrial” y en el mismo sentido se manifestó Alberto Stinson titular del CECIS. Por su parte Nicolás Florio, periodista y entonces también del personal escalafonado de prensa en la Universidad adujo que “toda la ciudad hace agua” al referirse al río manso y peligroso que tenemos y el viejo puente que “cada vez más estrangula la comunicación entre sus dos grandes riberas”. Roberto Remedi titular del entonces Hospital Regional de calle Cabrera (hoy Centro de Salud Municipal) decía que “el creer que todo se puede hacer mejor es un compromiso que nos auna primero a los riocuartenses y luego a los argentinos”. Por último Lucía Duculi, Directora de Cultura Municipal  opinaba que “como ciudad joven faltan muchas cosas, pero si todos ponemos nuestro granito de arena podemos convertirla en una muy importante ciudad del interior”.Completaban la revista opiniones, historias, notas de agro, medicina, el momento de la Iglesia, consejos para la mujer y el hombre, deportes, cultura general, humor y visitantes destacados de la ciudad. Urumpta, para mi gusto, era una publicación indefinida ya que como órgano en alguna medida oficial de la Universidad no llenaba el cometido y en cuanto a la diversidad como si fuera una publicación de temas generales tampoco alcanzaba, pues se ataba al sentido oficial de la revista. Un punto positivo era que abría las puertas de la Universidad a la gente local y regional si es que su distribución (cosa que no recuerdo) llegaba en forma suficiente a todos.
Si tengo claro que yo y docenas de personas que nada tenían que ver con la izquierda o los llamados extremistas como los denominaba la dictadura militar, habíamos sido despedidos de la casa de estudios sin la más mínima explicación del porqué. Obvio que de ese tema en la publicación no había referencia alguna.

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