jueves, 6 de octubre de 2011

Lo que ya no es: cines de Río Cuarto

Cine Plaza
En un post anterior hicimos referencia a las viejas salas de cine en Río Cuarto, citando a la empresa Cines Angeloni, antecesora de Cinematográfica Río Cuarto del grupo Dalmasso. Estos en rigor eran los dueños de los edificios explotados por la vieja firma.
El tradicional Cine Plaza, fue la primera sala, incluso era para teatro, especialmente en el edificio último donde actualmente es la Galería del Cine, que disponía de camarines y de los elementos que en bambalinas permitían una dinámica para la
presentación de compañías teatrales, pero en su historial rescata a las compañías de Buenos Aires especialmente antes de la llegada de la radio a nuestra ciudad. Cuando LV16 se hace presente fueron las grandes compañías radioteatrales las que ocuparon el escenario hasta fines de los 60 en que cerró Ranquel. Hugo Maldonado lo intentaría en los 70 cuando Biset abrió nuevamente el radioteatro en su programación lo contó en la fila artística de Radio Río Cuarto, pero desde la ida del actor cordobés, ya desaparecido, nunca más hubo compañías de corte popular en la AM.
Incluso esto es una marca nacional, ya que salvo Radio Nacional en algún momento y esporádicos intentos de otras emiisoras, el radioteatro desapareció junto a sus viejas compañías y actores o autores de reconocida fama.
Ya construída la Galería el Plaza tampoco se puede hacer teatro, incluso hasta su cierre comercial, pues dispone de dos salas utilizando la planta alta del viejo cine, donde ahora funciona un proyecto de exhibiciones gratuitas.


Ex Cine Ocean
Los Dalmasso que en un comienzo explotaron el Ocean alquilándolo por un tiempo, habían cerrado esa sala (que hoy es una cochera) el Sud (donde funciona desde entonces Estación Cero) y por último Alvear Cinema (hay una sala del culto evangelista). Muchos años atrás habían desparecido como proyectoras de películas comerciales, el Avenida de los Pastore Hnos., el Roca (ex Renacimiento)  también de Angeloni-Dalmasso y el Rex fundado por Florit (constructor) y Riusech (dueño de un estación de servicio) y en esos tres espacios funcionan comercios de distintos rubros.
El Rex fue asiento muchos años de Regim´s, una sala emblemática para los jóvenes especialmente y actualmente funciona ahí un bowling, destacando que esto del cese de las salas de espectáculos tradicionales en el centro lo fue más por ruidos molestos (caso Montecarlo, Calatrava, Luces, Morocco y otras) para llevar esa actividad más hacia las afueras de la ciudad, donde hay ya varios emprendimientos, no obstante seguir funcionando en el centro otras nuevas y muchos pubs que con sus vidrieras opacadas funcionan como lugar de bailables.

Ex Cine Roca
Siempre Río Cuarto operó con 5 o 6 salas de cine, con producciones que entre los 40 y 70 no estaban más de tres días en cartelera, se pasaban dos películas en familiar y noche y recién en los 70 comenzaron a permanecer varias semanas las producciones exitosas. Entonces comenzó la exhibición de una sola por función, primero con un estilo de cine continuado (como en Buenos Aires) lo que permanece aún pero con horarios fijos y pago de entrada en cada proyección y funciones todo el día desde las primeras horas de la tarde hasta avanzada la noche. Ya contamos que hoy existe el complejo de Cinemacenter en Shoping Río (ex Disco) con 5 salas, una en los últimos tiempos con tridimensional. Existe la posibilidad de abrir algunas salas más.
Hasta 1959 en que el Dr. Moyano crea el Instituto de Cultura el Teatro Municipal estaba arrendado a la empresa Angel Viola del Cine Ocean, eran célebres los miércoles de las series donde veníamos desde todos los barrios a la noche y el resto de las jornadas alternaba con la sala de calle Sobremonte exhibiendo películas ya estrenadas, lo mismo sucedía con Cine Roca, Avenida y el Rex la más nueva de las salas de entonces. Los estrenos estaban dispuestos para los cines de gran capacidad (Plaza, Sud y Ocean) donde con solo tres días en cartelera los llenos eran totales especialmente el fin de semana. Había acomodadores, el más conocido era Legui (Leguizamón) que cerró su actividad jubilándose en el Ocean y antes también había estado en las exhibiciones del Municipal, un hombre muy recto al que temíamos, especialmente los jóvenes más revoltosos, pero que conocía los gustos de los asiduos concurrentes al cine y siempre estaba atento para ubicar al numeroso público en el lugar más cómodo.
Junto a los espacios locales, desaparecieron también los cines móviles que iban a los pueblos, Jansen y otros.
El Teatrino y otros lugares culturales, con el advenimiento del video cine y luego el DVD, comenzaron a utilizar las pantallas ampliadas para ofrecer ciclos muy interesantes, especialmente rescatando películas no exhibidas comercialmente o aquellas que por su calidad merecen ser que se las vea nuevamente.
Cabe destacar que el Cine Plaza, dentro de las múltiples actividades que podían realizarse, en varias temporadas del carnaval riocuartense se convirtió, levantando las butacas, en un salón bailable y también abría sus puertas para la presentación de grandes figuras mundiales como Nicola De Bari. y cuando el mundial de fútbol del 78, que no existía la TV abierta aquí y tampoco el color, el Plaza se abrió para ver vía satélite los partidos en pantalla muy amplia y en color.
Podemos acotar que los cines más pequeños también recibiían a las compañías de radioteatro y el  Ocean, ya habilitada la cochera en las gradas superiores, exhibía películas condicionadas y luego se convirtió en salón de un culto religioso.

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