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Para quienes vivimos nuestra infancia en la década del 40 era posible que llegáramos a la juventud siendo adeptos al tango, porque esta música formaba parte de la cultura y el gusto popular ya que la mitad de las interpretaciones de cualquier baile - prácticamente todo era en vivo- estaba ocupaba por el dos por cuatro y el resto para el jazz o bien las recordadas orquestas características que generalmente
incluían valses o hasta algunos tangos en sus repertorios. Era época de las orquestas típicas y los cantores estaban integrados en las mismas, ya que el cantante solista comenzó a sobresalir recién al finalizar la década del 40.
Ese era el marco y Río Cuarto -que recibió dos veces la visita de Gardel, de Libertad Lamarque y los más grandes- no escapaba a esa tendencia. La difusión del tango -aún mucho más que el propio folklore- era impresionante, incluso por aquellos tiempos las películas tenían marcada influencia con la temática tanguera, además de lo que representó la discografía que con el disco de acetato primero y el clásico LP más tarde llevó el género a todo el país. Esto influyó aquí en la formación de orquestas y la aparición de solistas y claro está aumentaron los escenarios para el tango.
(*) Foto 02 |
Por expresarlo de alguna manera, todos los salones bailables eran tanguerías, desde Los Ranchitos, Prado Español, El Lido, Florida, después El Colonial, los bailes de Gorriones más tarde en los altos del Pasaje Dalmasso o la pista abierta en Constitución al 500, llegando hasta los primeros "té danzantes" primeramente en el Roma y después en el entrepiso del recién inaugurado Grand Hotel de don Antonio Marich y más tarde Montecarlo. En todos los salones bailables actuaban permanentemente las grandes orquestas de Buenos Aires. Así -de ello nos ocuparemos en otra oportunidad más ampliamente- mantenían aquí su vigencia y nacieron varías orquestas típicas y después vinieron los solistas para llenar todos esos espacios de actuación. La nueva radio en el 51 trajo un aporte inestimable a esta devoción tanguística de la época.
Ya a fines de los cincuenta y marcadamente los comienzos del sesenta aparecen otros ritmos e intérpretes, entre argentinos y foráneos, se profundiza lo folklórico, llegan el twist y el rock y el tango comienza a ceder posiciones. Nacen modernos medios de comunicación, viene la TV acompañada por una gran difusión del disco para la denominada "nueva ola" y otras manifestaciones y por supuesto Río Cuarto no es ajeno a ello.
(*) Foto 03 |
Viene una segunda parte más actualizada de toda esta historia, la que fue escrita como lo marca el tono de la crónica hace ya varios años.
(*) En las fotografías:
Foto 01: Carlos Granado, Carlos y Hugo Di Santo, Santiago Caniparoli y Alfredo Dilena en la sala de LV16 en calle Rivadavia. Foto 02: Inauguración de Noches Argentinas en altos de Estudiantes, Camilo González y su hermano "Apolo", Orlando Albornoz y Alfredo Dilena entre otros. Foto 03: Ramoncito Crettón, promotor de los 50 al 80, junto a Aldo Caseros, en los comienzos del 2000 en la entonces su cantina en nuestro río.
2 comentarios:
Si bien, viví algunos pocos años en Rio Cuarto, y aun siendo mas de la época del Rock Nacional, tuve oportunidad de encontrar un hermoso grupo de gente, que se reunía los Jueves a la noche en el bar del Club Atenas... Omar Gonet, Libeiro, Pepe Sevilla, y su esposa, Martorelli, Gualtieri, Sergio Gregotti, Graciela Martorelli, eran quienes hacían disfrutar de verdaderas veladas tangueras, que yo como bien nacido en Buenos Aires y con cuna de tango, me sabía cada letra y los tarareaba mientras ayudaba a esa gente con los servicios de comida... me gustó rememorar esos años '80 y pico... que m gustaría que hubieran dejado la enseñanza de seguir rescatando valores, en unión y disfrute. Saludos a la distancia al Rio Cuarto que me supo hacer sentir bien.
Alberto.
Perdon... el apellido correcto, era Tortorelli en lugar de Martorelli...
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